En la mañana luminosa del sábado nos reunimos junto a la portada Sur de la Catedral. Desde la antesacristía hasta la sala capitular se despliega la exposición Misericordia Crucifixa, una muestra de imágenes escultóricas y pinturas de nuestra Diócesis de Jaén de distintas etapas históricas que representan la figura de Cristo en la Cruz.
Dentro del templo D. Alfonso, el organista, hacía sonar las cien voces de los tubos de metal de su órgano, que se elevaban al cielo como un canto de alabanza. Los maravillosos espacios que diseñó Vandelvira y las imágenes expuestas propiciaban esa ruptura de nivel que supone el encuentro con lo sagrado. Y es que la exposición es más que un recorrido por la historia del arte jiennense: Eva, nuestra guía, nos fue explicando las características de los distintos estilos artísticos, la procedencia y los avatares de cada imagen, los autores y las escuelas. Pero sus palabras también nos llevaron a contemplar el misterio de la Cruz de Cristo desde la fe. Una Cruz que es “escándalo para los judíos, necedad para los gentiles”, pero para nosotros la salvación.
Una Cruz que vemos desde la Resurrección, como nos muestra la primera imagen de esta exposición (la patena de Cástulo): Cristo glorioso y vencedor portando la Cruz como trono y símbolo de su victoria; pero que hay que contemplar primero desde lo hondo de ese vaciamiento de un Dios encarnado que se entrega por amor. El drama terrible de esa Cruz asumida libremente que habla del sufrimiento compartido, de todo el dolor del mundo redimido desde la misericordia de Dios.
“Mirarán al que traspasaron” (Jn 19,37). Así termina San Juan su relato de la pasión, y así también nosotros mismos nos situamos junto a la Cruz en el Calvario (como refleja el cuadro de Francisco Baños, una de las imágenes que cierra la exposición), confiando en que el amor de Dios desde esa Cruz nos ayude a ser capaces de contemplarla con todo lo que esto supone: porque querer seguir a Cristo debe ser aceptar la Cruz en ese ser-para los demás y ser-a partir de Dios que es nuestro Principio y nuestra Meta.
