En la mañana clara, inundada de sol, volvemos a reunirnos con nuestro guía en la Cañada de las Hazadillas, donde el otoño ya anuncia sus señales. Se notan las ganas de caminar en la alegría del grupo, las miradas cómplices, las sonrisas…
Octubre hace más nítidas las sombras, más intensos los azules de los montes. El mirador del Campanario nos ofrece las impresionantes vistas de la vega y, más arriba, al alcanzar el Puerto, contemplamos las dos vertientes: la Sierra y la campiña que se extiende hacia el lejano horizonte donde el mar de olivos de Jaén se funde con el cielo.